viernes, 5 de enero de 2007

José Luis Morante: 'Luis Felipe Comendador, un poeta del desencanto'


POESÍA DE LOS NOVENTA:
LUIS FELIPE COMENDADOR, UN POETA DEL DESENCANTO

por José Luis Morante*

Luis Felipe Comendador nació en Béjar (Salamanca) en 1957. Pertenece a la generación de García Montero, Benítez Reyes y Carlos Marzal según críticos y antólogos. También podría alinearse con Juan Carlos Mestre, Andrés Trapiello o... Blanca Andreu por citar algunos.

Pero ha publicado tarde y se puede considerar un poeta de los noventa. Es conocido como editor y animador cultural al frente de la revista Los Cuadernos del Sornabique. Con Sesión continua acaba de recibir el Premio Internacional Gabriel Celaya de Torredonjimeno Jaén; el segundo recayó en un colaborador de Caminar conociendo Tomás Camacho Molina.

Su libro inicial Versos giróvagos es casi una propuesta surrealista. Son los mecanismos del sueño y los automatismos de la intuición quienes actúan como elementos motrices en las composiciones que manan desde una tradición poco transitada que recorre la mística sufí, el acervo clásico helenístico y alguna lectura heterodoxa del Antiguo Testamento.

Notario de las horas se vertebra a partir del recuerdo y de la reflexión intelectual y y hay en sus poemas una evidente voluntad de despojamiento y un importante exilio de elementos retóricos cuyo objetivo final el abandono del hermetismo y la utilización de una sintaxis más comunicativa conseguida mediante un lenguaje intimista, evocador y en ocasiones prosaico.

Realistas y existencialistas, sarcásticos e irreverentes, con materiales que entrelazan biografía y ficción, son los poemas de En fin... ya veis amigos, una tercera entrega que nos recuerda mucho las prácticas escriturales del realismo sucio americano, próximas al comic y al cine negro, tan asumidas en la reciente poesía española por nombres como Roger Wolfe o Karmelo Iribarren.

Pero el mejor Comendador se percibe en tres libros: Sentado en un bar, Un suicidio menor y Sesión continua. Los tres comparten un personaje poético semejante: un tipo corriente que no desdeña la pública exhibición de su mundo afectivo, que mira al pasado con insistencia, enfermo de nostalgia y de tedio; y que reconstruye un lejano paraíso con un sentimiento elegíaco desmesurado, mientras sorbe unos mínimos tragos de rebeldía entre la cotidianeidad de un pueblo de provincias porque racionaliza la certeza de un mañana que llegará sin ningún cargamento trascendente.

El sujeto poético no vive desligado del presente. Tiene un profundo sentimiento social. Percibe desajustes si mira a su alrededor, le indigna la situación de Bosnia, Ruanda, Chiapas, y no soporta esa moral burguesa de conformidad con un tiempo que nos hace mediocres. Esta es la atmósfera que respiramos en Sesión continua, cuya novedad fundamental es la construcción de las composiciones con técnicas cinematográficas. Las estrofas aparecen bajo la vestimenta de pequeños cortos que incluyen instrucciones de rodaje. Así el libro nos va dejando argumentos que dibujan con precisión, y una emoción contenida, todo el friso social.

El poeta recurre a la escritura como respuesta a una situación existencial: la poesía es útil en cuanto cuestiona el conformismo y la abulia pasiva, en cuanto utiliza el verso para poner en tela de juicio determinadas actitudes o determinados comportamientos insolidarios, mediante el escepticismo y la ironía no exenta de crueldad.

El bejarano es el aplicado notario insobornable que hace la crónica de un desencanto: su poesía entrometida zarandea porque dice en voz alta y por escrito lo que todos pensamos: somos protagonistas secundarios, figurantes anónimos, las torpes marionetas de un pequeño teatro cuyos hilos maneja a su capricho un invisible director de escena.

José Luis Morante (crítico literario, profesor y poeta)

Los amplios párrafos que aquí se muestran son parte de un texto que el autor leyó en el Salón de Actos del Ateneo de Madrid el día 15 de enero de 1997, en la presentación del libro de Luis Felipe Comendador Sesión continua.

SUMARIOS:

"la poesía es útil
en cuanto cuestiona
el conformismo
y la abulia pasiva"


"su poesía zarandea,
dice en voz alta
lo que todos pensamos:
somos protagonistas
secundarios,
las torpes marionetas
de un teatro que
maneja a su capricho
un invisible director de escena"

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 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', Nº 6; Las Navas del Marqués (Ávila)

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